Este notable video cuenta la historia de Emilia, una gallina ponedora que fue rescatada de una granja típica de huevos.

Al igual que todas las gallinas utilizadas en las granjas comerciales de huevos, Emilia debía ser ejecutada a una edad muy temprana. Después de 2-3 años tortuosos dentro de una pequeña jaula batería, las gallinas dejarán de poner huevos a un ritmo rentable. En esta etapa, las gallinas son destruidas y reemplazadas por otras más jóvenes.

No muchas personas saben que las aves utilizadas para la puesta de huevos pertenecen a una raza genéticamente distorsionada que hemos creado utilizando la cría selectiva. Las hembras de esta raza ponen una cantidad no natural de huevos, alrededor de 200-300 por año. En comparación, las gallinas salvajes solo pondrían alrededor de 25 huevos al año (en 2 ciclos).

La puesta intensiva de huevos afecta gravemente la salud de las gallinas, y los santuarios de animales informan que la mayoría de los problemas de salud de esta raza se relacionan con el sistema reproductivo.

Además, poner un huevo es un proceso bastante doloroso y, en cierto modo, se asemeja a dar a luz o tener un período muy intenso. Entonces, al manipular a estas gallinas para que tengan huevos diariamente, reducimos seriamente la calidad de vida de estos animales, y esto sin tener en cuenta qué tan horrible es vivir dentro de una jaula de batería que ni siquiera permite caminar o abrir las alas.

Gracias a las excelentes personas de Anima, Emilia y otras de sus amigas fueron rescatadas.